| Song | Santiago de Chile |
| Artist | Silvio Rodríguez |
| Album | Dias y Flores |
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| Allí amé a una mujer terrilblellorando por el humo siempreternode aquellaciudad acorraladapor símbolos de invierno. | |
| Allí aprendí a quitar con piel el fríoy echar luego mi cuerpo a la llovizna,en manos de la niebla dura y blanca,en calles del enigma. | |
| Eso no está muerto,no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. | |
| Allí entre los cerros, tuve amigosque entre bombas de humo eran hermanos. | |
| Allí yo tuve más de cuatro cosasque siempre he deseado. | |
| Allí nuestra canción se hizo pequeñaentre la multitud desesperada:un poderoso canto de la tierraera quien más cantaba. | |
| Eso no está muerto,no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. | |
| Hasta allí me seguió, como una sombra,el rosto del que ya no se veia,y en el oído me susurró la muerteque ya aparecería. | |
| Allí yo tuve un odio, una vergüenza:niños mendigos de la madrugada,y el deseo de cambiar cada cuerdapor un saco de balas. | |
| Eso no está muerto,no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. |
| Alli ame a una mujer terrilblellorando por el humo siempreternode aquellaciudad acorraladapor si mbolos de invierno. | |
| Alli aprendi a quitar con piel el fri oy echar luego mi cuerpo a la llovizna, en manos de la niebla dura y blanca, en calles del enigma. | |
| Eso no esta muerto, no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. | |
| Alli entre los cerros, tuve amigosque entre bombas de humo eran hermanos. | |
| Alli yo tuve ma s de cuatro cosasque siempre he deseado. | |
| Alli nuestra cancio n se hizo peque aentre la multitud desesperada: un poderoso canto de la tierraera quien ma s cantaba. | |
| Eso no esta muerto, no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. | |
| Hasta alli me seguio, como una sombra, el rosto del que ya no se veia, y en el oi do me susurro la muerteque ya apareceri a. | |
| Alli yo tuve un odio, una vergü enza: ni os mendigos de la madrugada, y el deseo de cambiar cada cuerdapor un saco de balas. | |
| Eso no esta muerto, no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. |
| Allí amé a una mujer terrilblellorando por el humo siempreternode aquellaciudad acorraladapor sí mbolos de invierno. | |
| Allí aprendí a quitar con piel el frí oy echar luego mi cuerpo a la llovizna, en manos de la niebla dura y blanca, en calles del enigma. | |
| Eso no está muerto, no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. | |
| Allí entre los cerros, tuve amigosque entre bombas de humo eran hermanos. | |
| Allí yo tuve má s de cuatro cosasque siempre he deseado. | |
| Allí nuestra canció n se hizo peque aentre la multitud desesperada: un poderoso canto de la tierraera quien má s cantaba. | |
| Eso no está muerto, no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. | |
| Hasta allí me seguió, como una sombra, el rosto del que ya no se veia, y en el oí do me susurró la muerteque ya aparecerí a. | |
| Allí yo tuve un odio, una vergü enza: ni os mendigos de la madrugada, y el deseo de cambiar cada cuerdapor un saco de balas. | |
| Eso no está muerto, no me lo mataronni con la distanciani con el vil soldado. |