¿Quién decide, quién? ¿Quién merece ser? Si dista el mal del bien, ¿por qué decido hacer lo que otros ven tan bien? Si el que habla no soy yo, más bien es un robot, que aguarda fiel las horas para despedirse, no volver a esperarte, con dolor... En sueños conquisté mil torres de Babel, se escapa mi intuición, son sueños de robot, que esperen bien las olas, para convertirse, después de resetearse, sin dolor... para convertirse, después de resetearse, sin dolor... Y esperan bien a solas, para despedirse, después de resetearse, sin dolor... Poder pensar libre, sin manipularse, sin control... Intentar no deprimirme, incluso tranquilizarme, sin dolor... Intentar no deprimirme, incluso tranquilizarme, sin dolor...