A mirar el cielo en el amanecer alguien me enseñó cuando era un niño. A mirar la lluvia desde su cristal y a la golondrina hacer su nido y con la guitarra entre sus manos hizo de canciones un camino y con la mañana se marchó feliz a cantar al mundo su verdad y se volvió soñador y quiso ser amigo de la libertad y de la flor y del amor y quiso ser poeta en la ciudad y no encontró la luz del sol y mudo entre la gente se quedó y se volvió soñador y quiso ser amigo de la libertad y de la flor y del amor y mudo entre la gente se quedó. Cuando recordaba su niñez feliz se le dibujaba una sonrisa y sobre su frente se podían ver esas ilusiones que traía por tomar de nuevo su guitarra y cantar aquellas melodías al nacer el sol por la montaña o al morir el fuego en el hogar y se volvió soñador. Y quiso ser amigo de la libertad y de la flor y del amor poeta de la gente nada más y regresó y se quedó y quiso en la colina hacer su hogar y se volvió soñador. Y quiso ser amigo de la libertad y de la flor y del amor poeta de la gente nada mas y regresó y se quedó y quiso en la colina hacer su hogar.